Día Internacional Contra la Violencia de Género: ¿qué pasa en Argentina?

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En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución en donde se estipuló que todos los 25 de noviembre se celebraría el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer (Día Internacional Contra la Violencia de Género). Esta fecha fue elegida en conmemoración a las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de República Dominicana, que fueron asesinadas un 25 de noviembre de 1960 por órdenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo. ¿Cuál es la situación actual en Argentina? Conocé las preocupantes cifras a continuación.

Por Alejandra María Zani y Gustavo Yuste

A tan sólo un día de la XXV Marcha del Orgullo LGBTIQ en Buenos Aires, y en un año en donde vivimos la segunda marcha multitudinaria de #NiUnaMenos, el primer Paro Nacional de Mujeres y una nueva represión en el Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario en donde, para algunos sectores, importaron más las pintadas en las paredes que la vida de cientos de mujeres, el debate está lejos de cerrarse y todavía no parece haber una respuesta contundente del Estado.


¿Cuál es la realidad en Argentina?

En nuestro país, una mujer es asesinada cada 30 horas y hay 50 ataques sexuales por día. A esto hay que agregar que las mujeres ganan hasta un 30%  menos en los mismos puestos de trabajo que los hombres, situación que se agrava para las trans,cuyo cupo laboral es limitado por la ausencia de leyes que las protejan y les garantice un trabajo digno, con cobertura médica y con aportes jubilatorios.

En esa dirección, durante el día de hoy se dieron a conocer los números del Primer Índice Nacional de Violencia Machista, el cual otorgó preocupantes datos sobre la realidad que enfrentan muchas mujeres en el país. El 67% de las encuestadas señala que vivió al menos una vez una situación de violencia física, mientras que el 47% sufrió violencia económica al interior de la relación.

El valor más alto se registra en el acoso en espacios públicos y privados, la violencia cotidiana y más naturalizada: el 97% de las mujeres que respondieron el cuestionario experimentó al menos una vez alguna de estas situaciones

Un 65% de las mujeres que fueron consultadas expresaron haber vivido imposición y violencia sexual al interior de la propia pareja y un alarmante 95% señaló que vivieron situaciones de aislamiento dentro de una relación amorosa al sentirse cuestionadas o impedidas de realizar algunas actividades o comportamientos. Además, y como se podría prever por lo que ocurre a diario en la calle y en espacios laborales, el 97% de las mujeres sufrieron algún tipo de acoso en espacios públicos y privados, mientras que  que un 92% sintió haber sido estigmatizada por su rol de mujer.

La enumeración de cifras alarmantes podría continuarse. Tal como relata el sitio web, «En Argentina Cuenta la Violencia Machista se midieron 15 dimensiones diferentes de violencia contra las mujeres. Ninguna de ellas se ubica por debajo del 47% de incidencia de, por lo menos, una situación experimentada. El valor más alto se registra en el acoso en espacios públicos y privados, la violencia cotidiana y más naturalizada: el 97% de las mujeres que respondieron el cuestionario experimentó al menos una vez alguna de estas situaciones».


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Foto: Gustavo Yuste


La campaña Argentina Cuenta La Violencia Machista fue desarrollada sin financiamiento, contando únicamente con la suma de voluntades y la colaboración de especialistas, periodistas y voluntarios. La decisión de no depender de ninguna institución, empresa u organismo oficial, señalan desde la propia organización, «tiene que ver con garantizar la disponibilidad y la transparencia de la información. Así como las movilizaciones con la consigna Ni Una Menos fueron un avance de la sociedad civil, esta herramienta también lo es».

En 2016, también comenzaron a circular en las redes sociales las denuncias de víctimas de abusos sexuales y psicológicos por parte de cantantes de rock: José Miguel del Pópolo, cantante de la banda La Ola Que Quería ser Chau, Cristian Aldana, cantante de El otro yo, a lo que se sumaron los comentarios machistas de Walas, cantante de Masacre, y de Gustavo Cordera, cantante de La Bersuit.

La dominación más sutil es la que, desde la educación de un Estado paternalista apoyado en una cultura heteronormativa y patriarcal, entra en la casa de los hogares de todos, desde temprana edad, para seguir reproduciendo el orden machista liberal.

En este alarmante contexto nacional de privación de Derechos Humanos esenciales para cualquiera que no entre en los parámetros de las definiciones binarias de género establecidas por el canon de una sociedad heterosexista, cabe aclarar que la violencia de género no solo contempla la violencia física, sino también la simbólica y psicológica. La dominación más sutil es la que, desde la educación de un Estado paternalista apoyado en una cultura heteronormativa y patriarcal, entra en la casa de los hogares de todos, desde temprana edad, para seguir reproduciendo el orden machista liberal.

La lucha que todas las mujeres están llevando a cabo es una lucha difícil. Es una lucha contra el sistema educativo, el discurso dominante, la institución política que lo reproduce, el Estado que lo ampara y abandona, contra una cultura heteronormativa, un machismo arraigado en los cuerpos de todos, contra la represión de las fuerzas policiales, contra una religión violenta que niega el aborto, que prohíbe a la mujer decidir sobre su propio cuerpo, que estigmatiza la libre elección sexual y que demoniza la diversidad.

La lucha de todas las mujeres, entonces, es una lucha contra un Estado ausente, paternalista, machista y patriarcal. Es una lucha contra una cultura asesina que convierte a los cuerpos en objetos y que distingue aquellos que merecen la pena conservarse y los que no: cuerpos diversos, feministas, “no decentes”, infectados por una idea de libertad, por el empoderamiento de la elección sexual. Cuerpos que, para la cultura dominante, son objetos residuales, cuerpos-basura que pueden ser violados, perseguidos, asesinados, torturados y tirados en la calle como restos de un discurso que no deja de matar.


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Foto: Gustavo Yuste


La lucha que todas las mujeres están llevando a cabo es una lucha difícil. Es una lucha contra el sistema educativo, el discurso dominante, la institución política que lo reproduce, el Estado que lo ampara y abandona, contra una cultura heteronormativa, un machismo arraigado en los cuerpos de todos, contra la represión de las fuerzas policiales, contra una religión violenta que niega el aborto, que prohíbe a la mujer decidir sobre su propio cuerpo, que estigmatiza la libre elección sexual y que demoniza la diversidad.

La lucha de las mujeres es la más difícil de todas y es la lucha que promete un verdadero cambio social y cultural. Frente a esto, celebramos el activismo político, la valentía, las calles tomadas, las capacitaciones, el cuerpo en las acciones. El Día Internacional Contra la Violencia de Género es todos los días, en la lucha diaria, en las casas y en la calle.


Foto de portada: Gustavo Yuste

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