No te perdonamos, Gendarmería

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A pesar del reiterado pedido de respeto a los medios de comunicación por parte de la familia de Santiago Maldonado, el joven muerto tras la represión de Gendarmería Nacional, hecho que hasta el día de hoy es investigado como desaparición forzada y sin pericias terminadas, La Nación lanzó una más de sus polémicas editoriales, con el llamado a pedir perdón a Gendarmería, y con el objetivo de defender al Gobierno, y otra vez estigmatizar al pueblo mapuche. Sin embargo, nosotros preferimos decir: No te perdonamos, Gendarmería.




La Nación, volvió a ser protagonista esta semana con una más de sus polémicas editoriales. Con el claro propósito de salir a defender al Gobierno de Mauricio Macri tras la victoria en las elecciones legislativas, volvió a pasar por alto el reclamo de respeto de la familia de Santiago Maldonado y, en plena investigación en curso, aseguró que el joven sufrió «muerte accidental». Yendo aún más lejos, exigió que «quienes produjeron tanto daño y dolor, de modo tan artero o equivocado, ahora expresen públicamente: ´Perdón, Gendarmería´».

«Quedará en los anales de la ignominia y la hipocresía el uso de una muerte accidental para crear y endilgarle al gobierno de Mauricio Macri una desaparición forzada», empieza la editorial. Más adelante, afirma sin ningún tipo de pudor: «Un reclamo de una fracción mapuche contestataria y claramente infiltrada por corrientes subversivas, identificada como Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), cortó la ruta 40 en un tramo cercano al territorio que reivindican como propio. La Justicia ordenó proceder a la disolución del piquete y la liberación de la ruta, tarea que le cupo a la Gendarmería Nacional, para concretarla con el menor daño posible a los involucrados«.

Yendo aún más lejos,  La Nación exigió que «quienes produjeron tanto daño y dolor, de modo tan artero o equivocado, ahora expresen públicamente: ´Perdón, Gendarmería´».

A pesar de mostrarse repetidamente en contra del llamado «periodismo militante», La Nación ha abandonado en los últimos tiempos su lugar de usina liberal respetable -lo que lo diferenciaba de Clarín– en la disputa del kirchnerismo vs los grandes medios, y pasó a ser un caso más de comunicación de trinchera para los sectores concentrados de la política y economía nacional. Con el clima social inquieto y la sensibilidad a flor de piel de miles de personas que reclaman justicia por Maldonado, el diario elige un tono claramente provocador.


Santiago Maldonado 2


¿Cómo se puede pedir perdón a la Gendarmería? Está probado -el propio diario y algunos de sus periodistas más reconocidos lo reconocieron- que el accionar de la fuerza de seguridad que depende de Patricia Bullrich actuó de manera inconsistente, con muchas fallas y con una violencia insólita para correr de una ruta a menos de 10 manifestantes del pueblo mapuche. En ese sentido, afirmar que «En cualquier lugar del mundo la acción de las fuerzas del orden frente al corte violento y prepotente de una ruta hubiera parecido de una levedad inapropiada» no solo es falso, sino que peligroso.

En ese sentido, afirmar que «En cualquier lugar del mundo la acción de las fuerzas del orden frente al corte violento y prepotente de una ruta hubiera parecido de una levedad inapropiada» no solo es falso, sino que peligroso.

Otra vez tratando de justificar la violencia y la criminalización de cualquier protesta social, la editorial de La Nación afirma: «La Gendarmería pasó a ser sindicada como una siniestra fuerza a las órdenes de un gobierno de inhumanos y perversos personajes (…) Debe lamentarse la actitud del hermano, Sergio Maldonado, quien, más allá de la comprensión que merece por su dolor, reaccionó con destempladas críticas y acusaciones fuera de lugar, que en nada contribuyeron a apaciguar los exaltados ánimos y que poco sumaron a la hora de acercarse a la dolorosa verdad sobre lo acontecido».

De esta manera, las víctimas pasan a ser victimarios de nuevo, algo a lo que la historia argentina parece querer acostumbrarnos todo el tiempo. No, no te perdonamos, Gendarmería. No perdonamos la violencia injustificada, la falta de respuesta bajo el encubrimiento del Gobierno nacional y los grandes medios, el lavado de pruebas y la defensa de intereses de grupos económicos concentrados como es Benetton. 

Es imposible perdonar a quienes se aprovechan del monopolio de la fuerza y de los recursos del Estado para intimidar a la población en vez de darle seguridad. Estar del lado de los que le quitan derechos en vez de garantizarlos. En definitiva, de tener miedo de quienes debería garantizar la tranquilidad de una sociedad. Hasta que no se haga justicia por Santiago Maldonado, tenemos que afirmar que no te perdonamos, Gendarmería. 

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