Reseñas Caprichosas – «Las canciones de los boliches» de Gustavo Yuste: ante el desamparo, hacer una fiesta

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El libro Las canciones de los boliches (Santos Locos, 2017) de Gustavo Yuste trae con mayor profundidad esa visión desencantada, y llena de belleza, a la que el autor nos tiene acostumbrados. La música y la melancolía aparecen, en sus poemas, como operaciones estéticas ante el fracaso de los cuerpos.  Con un lenguaje simple, crea un mundo nuevo y conocido a la vez, y más allá de esta visión, cada uno de los poemas nos recuerda la posibilidad que tenemos, ante el desamparo, de hacer una fiesta y reírnos.


Sobre el autor

Yuste-Gustavo-Daniel MordzinskiGustavo Yuste nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1992. Es periodista y escritor. Estudió Ciencias de la Comunicación en la UBA. Colaboró para distintos medios y actualmente es corresponsal de El Ciudadano (Chile). Publicó los libros Obsolescencia programada (Eloísa Cartonera, 2015), Tendido eléctrico (Objeto Editorial, 2016) y Las canciones de los boliches (Santos Locos, 2017). Además participó de la antología de poesía contemporánea Apología 2 (Letras del Sur Editora, 2015) y formó parte del jurado de selección para Apología 3 (Letras del Sur Editora, 2016).


Ante el desamparo, hacer una fiesta*

*Por Gabriela Luzzi

Conocí a Gustavo Yuste en la presentación de su libro Obsolescencia programada, editado por Eloísa Cartonera. Enseguida quise compartir sus poemas, y uno, se lo envié a un amigo que me había contado que no podía dejar de escribir muy largo: “La caja negra de las generaciones pasadas/ todavía te manda información./ Todo lo que vayas a lograr/ de ahora en más/ depende pura y exclusivamente/ de tu poder de síntesis”.

Ese mismo año leí Tendido Eléctrico, que salió por Objeto Editorial, en una edición artesanal que conserva el perfume del pegamento, de la tela azul que lo cubre, y la tinta. Es posible que cuando nos acercamos a un tendido eléctrico estemos llegando a un lugar poblado, pero bajo las torres de alta tensión no es posible habitar. “El Tendido eléctrico de Yuste –dice Fabián Casas- es un armazón extraño contra los lugares comunes, las repeticiones del ánimo, el dolor de existir”.

(Leer nota relacionada: ¿Qué es la poesía? #1 Fabián Casas: “La mejor poesía está siempre en estado de incertidumbre”)

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En Las canciones de los boliches, su tercer libro, editado por Santos Locos, se da con mayor profundidad esa visión desencantada, y llena de belleza, que yo encuentro en toda la poesía de Yuste. La música y la melancolía aparecen, en sus poemas, como operaciones estéticas ante el fracaso de los cuerpos.

Allí, parece decirnos que por más listas de cosas que hagamos, lo que podría magnetizarnos sólo se consigue en esa casa de objetos usados, abandonados o rotos que es la memoria. La música proviene de una pulsión vital, y aunque no tuviera sentido, podemos con su ritmo componer una galaxia. Yuste abre este libro con una cita de Joaquín O. Giannuzi que finaliza: «Esta fue toda la respuesta que pude ofrecer a un mundo / que reclamaba de mí un estilo que posiblemente no me correspondía.”  La cita me hace pensar en una intención del autor de desarmar el reclamo que recibe todo lo que, marcado por el tiempo, está condenado a dar respuestas descolocadas.

Este nuevo libro del autor trae poemas con canciones, subtes, estampitas, deseos, electrodomésticos, pájaros, supermercados chinos, discos, colectivos, edificios, asfalto, basura, botellas de coca cola y cañitas voladoras. Con un lenguaje simple, crea un mundo nuevo y conocido a la vez, y más allá de esta visión, cada uno de los poemas de Las canciones de los boliches nos recuerda la posibilidad que tenemos, ante el desamparo, de hacer una fiesta y reírnos.


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