Testimonios a 41 años de la dictadura: marchar por la memoria, manifestarse contra el olvido

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A 41 años de años de la dictadura cívico-militar, miles de personas se movilizaron hacia Plaza de Mayo, reivindicando el lugar fundamental de las luchas populares, y en todas las plazas del país. Con el fin de conmemorar y repudiar el genocidio, pero también la política económica actual, una multitud de almas clamó: «Paremos la miseria planificada«. En este nuevo aniversario, las prácticas negacionistas y reconciliadoras del gobierno actual, fueron rechazadas por un pueblo que marcha con memoria y se manifiesta contra el olvido. 



«A 41 años, denunciamos el mismo plan económico», sentenciaron los organismos de Derechos Humanos al comenzar la lectura del documento oficial del encuentro.  En un día cargado de sentido, el 24 de marzo se expone como un símbolo para repudiar las medidas, pasadas y actuales, que traen hambre y exclusión a la sociedad. Los discursos e intervenciones de la jornada pusieron especial énfasis en exponer a las empresas cómplices y perpetradoras del genocidio, que en la actualidad gozan de privilegios e impunidad.

En un nuevo aniversario del terror implantado por los grandes poderes económicos, la Iglesia, el poder judicial, las fuerzas armadas, y apañado por los medios de comunicación, con el fin de disciplinar a la totalidad de la sociedad, las consecuencias parecerían mostrarse en toda su profundidad. Por ello, la respuesta del pueblo a esa agudización fue un rechazo contundente frente a la dictadura y sus efectos.


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La Primera Piedra estuvo presente en la movilización y acompañó las marchas que fueron llegando a Plaza de Mayo con el objetivo de conocer qué ideas convocan a movilizarse y ejercer un repudio activo al terrible genocidio que desde hace 41 años sigue repercutiendo. 

Mercedes (41 años):

«Vengo desde que volví al país en el año ’83, o sea, desde que estaba en cuarto grado, y siempre vine con mi familia a todas las marchas, desde que volvió la democracia. Desde hace 11 años vengo con la agrupación Hijos e Hijas del Exilio. Nuestra lucha tiene que ver con los derechos humanos, o sea el exilio también es una violación a lo derechos humanos. Ninguna familia tiene por qué pasar por eso, ni estar separada ni dividida, como nos pasó a nosotros, además de que también nuestras familias vivieron secuestros y todo lo que nos ha pasado como sociedad. Por eso vengo siempre a la marcha, para que nunca más haya un terrorismo de Estado en nuestro país, ni un exilio forzado, ni desaparecidos. Queremos saber, también, dónde están los nietos, hijos y hermanos que nos faltan, por eso venimos.»


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Francisco  (26 años):

«Vine por varias cosas, una es que disfruto mucho de una expresión popular como ésta, donde el pueblo hace uso del espacio público y se adueña de las calles para poder manifestarse. También, venir acá, escuchar el documento de los organismos, leer carteles que otras personas se preocupan en hacer y escuchar comentarios de otros grupos de gente me hacen repensar qué significa en la historia que haya habido una dictadura, y qué consecuencias tiene hoy.»



Lucía  (33 años):

«Crecí con un tío desaparecido y con el relato de mi papá sobre eso. Más que con el relato, con su vivencia emocional, sin tantas palabras de lo que era tener un hermano desaparecido. Mi abuela fue Madre de Plaza de Mayo. Fui una niña que creció con ello, y la figura del desaparecido siempre fue algo muy difícil de entender. Esa pregunta me acompañó y acompaña. Yo estudié una carrera, soy psicóloga y hago música, y mi arte habla de eso también: de mi identidad y la identidad de un país. Vengo porque creo que vale la pena pelear por un mundo con justicia social, por nuestro país con justicia social y equidad para todos.»


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Simón (23 años):

«Es algo que me convoca desde que era muy chico, nunca supe bien porqué. Es decir, siempre me llamó mucho la atención lo terrible que fue ese período de la historia pero sin ser una víctima directa o tener desaparecido a un familiar cercano. Después, lo estudié, lo analicé, lo discutí con amigos y ahora puedo entenderlo de muchas maneras que me ayudan a poder comprender sus causas y, sobre todo, sus consecuencias. Por eso estoy acá, porque entiendo que las consecuencias las seguimos sintiendo como pueblo, más aún teniendo en cuenta el gobierno que está actualmente en el poder y que es necesario confrontar.»



Mercedes (40 años):

«Me sumo a la marcha porque hacía muchos años que no venía a una en Capital, siempre participaba en Santa Rosa, La Pampa, porque es de donde soy, y me parecía que este año reclamaba que viniera acá, a Plaza de Mayo. Me parece que los derechos ganados se deben reconquistar todo el tiempo, no se debe dar nada por ganado porque cada gobierno puede quitártelos cuando quiera, y están todo el tiempo en riesgo de ser perdidos. La única manera de ejercer ciudadanía activa es manifestarse, venir a las plazas, llenarlas y gritar. El voto no es la única manera de manifestarse y ejercer ciudadanía, ésta también lo es, y estas dos semanas de marchas multitudinarias en Plaza de Mayo es la forma que tiene la ciudadanía de poner límites y decir: ‘loco, hasta acá’. Es una manera de que el gobierno sepa que hay ciudadanos activos, militantes, y que no se mantienen pasivos, que acá no se puede hacer lo que el gobierno quiera cuando quiera.»



Fotos: Gustavo Yuste

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