La visita del nuevo y polémico mandatario brasilero parece ser la muestra más clara del cambio de rumbo político que atraviesa Argentina y gran parte del continente. Mauricio Macri y Michel Temer se muestran unidos y cercanos ideológicamente, algo que empezó con el gesto del presidente argentino en ser el primero en avalar el golpe constitucional que expulsó a Dilma Rousseff de la presidencia brasileña.
Si hay algo que caracteriza a la derecha y a los sectores más reaccionarios de la política es su capacidad para mostrarse juntos, coincidiendo en las decisiones fundamentales que van a engrosar su poder político-económico. En ese sentido, el caso de Michel Temer y Mauricio Macri parece sacado de un manual. O de un cuento de terror.
El presidente argentino agasajó ayer a su par brasileño con un asado en la residencia de Olivos y coincidieron en sus críticas con el hasta ayer socio Venezuela (país que será inminentemente echado del Mercosur) y en la búsqueda de un acercamiento a la Alianza del Pacífico
El presidente argentino agasajó ayer a su par brasileño con un asado en la residencia de Olivos y coincidieron en sus críticas con el hasta ayer socio Venezuela (país que será inminentemente echado del Mercosur) y en la búsqueda de un acercamiento a la Alianza del Pacífico, unión regional pensada por los gobiernos más cercanos a Estados Unidos y con la intención de quitarle fuerza a los acuerdos nacidos en estos años de gobiernos «progresistas» o «populistas», como es el caso de Unasur.
En una nueva muestra del cinismo que esconden estos sectores políticos-financieros, durante la conferencia de prensa que brindaron los dos mandatarios en conjunto, Macri dio nuevamente lugar a su humor producto de asesores de marketing y dijo que con Brasil está “tudo bem, tudo joia, tudo legal”. Sin embargo, a espaldas de esa frase se esconde algo peor: el documento que difundieron las cancillerías se enfatiza el acercamiento a la Alianza del Pacífico y la posibilidad de explorar acuerdos de libre comercio desde el Mercosur, cuando es sabido que cualquier acuerdo de ese tipo con las potencias económicas no trae más que problemas para las naciones emergentes.
Macri dio nuevamente lugar a su humor producto de asesores de marketing y dijo que con Brasil está “tudo bem, tudo joia, tudo legal”. Sin embargo, a espaldas de esa frase se esconde algo peor: el documento que difundieron las cancillerías se enfatiza el acercamiento a la Alianza del Pacífico y la posibilidad de explorar acuerdos de libre comercio desde el Mercosur
“Me siento muy cerca de Brasil, más allá de nuestras rivalidades futbolísticas”, siguió declarando un jocoso Macri, quien afirmó que “tenemos un gran eje de coincidencia, que es reducir la pobreza en nuestros países” a pesar de que, teniendo en cuenta distintos sondeos y estadísticas, su gobierno incrementó la pobreza entre un 5% y 10% en solo 10 meses de gobierno, muy lejos de su slogan de campaña «pobreza cero».
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Por su parte, Temer afirmó que “uno de los principales objetivos ahora es formalizar un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. Y al mismo tiempo flexibilizar un poco las reglas del Mercosur para dar una cierta autonomía a los Estados en sus relaciones internacionales». Es decir, dejar de hinchar con pensarnos como un bloque regional y que empiece un sálvese quien pueda entre los distintos países.
un jocoso Macri afirmó que “tenemos un gran eje de coincidencia, que es reducir la pobreza en nuestros países” a pesar de que, teniendo en cuenta distintos sondeos y estadísticas, su gobierno incrementó la pobreza entre un 5% y 10% en solo 10 meses de gobierno, muy lejos de su slogan de campaña «pobreza cero».
La foto de dos presidentes conservadores de Brasil y Argentina no se daba desde hacía mucho tiempo y hasta parece anacrónica. Sin embargo, el tiempo es hoy y la situación del continente parece ir dando un vuelco preocupante hacia un pasado no muy lejano. Mientras tanto, las derechas sean unidas porque esa siempre es la ley primera.
