En Instinto domiciliario (Santiago Arcos Editor, 2015) de Juan Pablo Gómez, el suspenso toma el rol principal de una historia que muestra como la locura, aunque profunda, puede ser difícil de ver a primera vista. ¿Cómo convivir con alguien capaz de esconder un cadáver por amor? ¿Hasta cuándo puede ser miserable el hombre en pos de su comodidad? El autor de esta novela ensaya sobre estas preguntas en una novela que muestra las preocupantes similitudes entre la ficción y la realidad.
Sobre el autor
Juan Pablo Gómez nació en Buenos Aires en 1975. Es periodista e inventor. Instinto domiciliario, su primera novela, fue premiada por la Dirección de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires,con un jurado presidido por Carlos Chernov. También publicó el libro de cuentos Los desquisiados, que ganó el primer premio en el concurso «Manuel Mujica Lainez», cuyo jurados fueron Noé Jitrik, Mario Goloboff y Tununa Mercado.
El suspenso de la locura
Con un estilo ágil, Instinto domiciliario (Santiago Arcos Editor, 2015) de Juan Pablo Gómez invita a sumergirse dentro del mundo de la locura con el suspenso como plato principal. A través de una ficción que se nutre de las miserias de la vida cotidiana, a veces rosando un realismo crudo, esta novela logra atrapar al lector y hasta convencerlo de la normalidad de situaciones extraordinarias.
Instinto domiciliario pone en juego la cotidianidad como una suma de obsesiones que hacen la vida monótona pero confortable. Así, la rutina, la vida familiar, las relaciones amorosas y las amistades dentro de esta novela van a estar marcadas por la psiquis particular de cada personaje, proponiendo una relación constante entre lo individual y lo social, entre la psicología individual y las miserias generales dentro de un grupo de personas.
En esa dirección, tanto el protagonista principal como los demás personajes, incluso los más secundarios, muestran sus manías: la limpieza, el dinero, la lujuria, la comodidad, el fracaso como estandarte. Todos esos universos, entre otros, van tiñendo esta historia de ficción en algo real y verosímil, sin importar las excentricidades de los actos, enseñándole al lector un preocupante espejo.
¿Cómo convivir con alguien capaz de esconder un cadáver por amor? Instinto domiciliario hace de la locura algo apenas reconocible a simple vista, logrando camuflarse dentro de la vorágine cotidiana y las miserias humanas actos totalmente psicóticos. El protagonista de esta novela se nutre de esa indiferencia y quietud en su alrededor para pasar desapercibido a pesar de su claro trastorno. En cierto sentido, en Instinto Instinto domiciliario no hay testigos inocentes.
Juan Pablo Gómez invita al suspenso de la locura a través de una escritura fresca y directa. La segunda persona elegida para hablarle a un cadáver da cuenta de una agilidad que logra introducir al lector dentro del relato hasta hacerlo no poder esperar a saber cómo van a terminar las cosas en este thriller psicológico que muestra la preocupante similitud entre la ficción y la realidad.
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