Entrevista a Fede Cabral: “el cierre de un ciclo y el empezar a preparar algo nuevo”

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Con vistas al show del próximo 20 de junio en el Centro Cultural Matienzo (Pringles 1249, 21hs), Fede Cabral promete “una energía más expansiva, más rockera». El balance tras dos años del lanzamiento de Sí, su primer disco solista, las nuevas experiencias que le trajo esta etapa y el análisis de la actualidad musical con el exlíder de Sancamaleón: “Si viene la era del hielo y no evolucionas a otra especie, la quedás. Está bueno ir a ver nuevos artistas, ver que pasa, la energía de esos lugares.” (Fotos: Fran Rodriguez)

-¿Qué expectativas tenés para el show del 20 de junio en el CC Matienzo?
-Es un lugar grande, lo cual es un desafío. Va a haber temas de Sí y del disco nuevo, que es algo que me encanta hacer. Es tomar fuerza para lo que se viene, ponerle garra a la transformación real, es estar vivo. Va a ser un show más rockero, era un disco para estar sentado, esto va a ser para estar parado con una birra en la mano, juntando a la vez intimidad y potencia.

-¿Tiene alguna fecha estimativa de salida el próximo disco?
-Este show en el CC Matienzo es una especie de pre-producción de ese disco, mostrar los temas nuevos y darle para adelante. Eso lo puede hacer una banda de rock, el formato banda, el poder mostrar temas nuevos antes del nuevo disco. Es muy de los 80’s, 90’s, donde eran otros formatos, esperar el disco. Volviendo al próximo cd, ya en Julio empezamos a grabar bien las baterias y en esos meses capaz lanzar un single o un adelanto, pero lo vamos a estar presentando íntegramente el año que viene.

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-Van a ser dos años desde el lanzamiento de , ¿qué balance hacés de esta nueva etapa?
-Van a cumplirse dos años, sí. Estuvo muy bien, el otro día hablaba con un amigo que en la música, como en varias profesiones, hay curvas ascendentes y descendentes muy pronunciadas. Ahora yo lo veo como el cierre de un ciclo y el empezar a preparar algo nuevo, es como una foto de un viaje que hiciste hace dos años y lo ves como un recuerdo. Yo creo que el balance es muy positivo: era algo que quería hacer y lo hice, que incluía el pasaje de una banda más rockera, con varios músicos, a hacer un disco más en solitario, en una habitación, mucho más minimalista. De hecho muchos shows fueron yo tocando prácticamente solo. También viajé mucho, fui por el interior, fui a Paraguay y Uruguay, lo cual estuvo muy bueno.

-¿Tuvo un buen recibimiento por parte del público?
-Sí, por suerte sí. Siempre en un punto puede pasar que, sobretodo en festivales como el Festicultural Elepepé, alguien que no me conocía y de repente cae un flaco de la nada y se pone a tocar sus temas. Viajar a otros lados es llevar eso al máximo, sacás tu pequeño mundo de la mochila, tus historias y empezás con tus canciones. Parte de ese desafío era Sí.

El pasaje de ser una banda con más gente y ya conocida, como era Sancamaleón, a presentarte con muchos menos músicos o prácticamente solo y con tu nombre, ¿cómo lo llevaste? ¿Despierta ciertos miedos el volverse solista?
-Me traumó un montón al principio, sobretodo a la hora de elegir el nombre y presentarme sin seudónimos ni nada, ser sólo «Fede Cabral». Yo creo que todos los cantantes ya partimos con la fantasía de ser solistas, empezaste a cantar porque te gustaban las luces, que te miren, estar rodeado de chicas o lo que fuera. Había un solista ya desde el principio, pero cuando llevas la fantasía a la realidad quedas vos solo y tu nombre. Hasta ya estaba la duda de llamarme entre «Fede» y «Federico», eso te puede volver un poco loco porque ya no podés esconderte dentro de una banda, pero a la vez está bueno eso de las libertades, es más refrescante.

 

-Relacionado a eso último, ¿qué ventajas y desventajas ves en ser solista en relación a ser parte de una banda?
-La ventaja es claramente esa, la libertad de poder moverse de forma más liviana. Hace poco tocamos en el Vorterix, que nos invitaron a abrir un show. Hacía un tiempo que no preparábamos un show tan grande, contundente, te lleva a eso, por más que de un poco de fiaca, está muy bueno. La clave para mí está en ser ágil y predispuesto a adaptarte a distintos formatos: banda, solista, dúo. Esa disponibilidad y libertad es la mayor ventaja sin dudas. Por otra parte, lo que se extraña de la banda, se puede ver en el próximo disco que va a salir dentro de poco, donde está eso de darte vuelta y que esté el baterista ahí, todo lo relacionado al clan, ¿no? La banda te da eso de tener siempre dieciocho años, al grupo de amigos, por más que todo sea profesional. Por ejemplo ahora no juntamos a ensayar los lunes a la mañana, lo más antirock posible, pero una vez ahí adentro es puro rock…por más que sea pop. Eso te lo da la energía de una banda.

-En se puede ver un sonido y una estética muy intimista, capaz relacionado a todo ese pasaje de Sancamaleón a Fede Cabral. ¿Tuviste miedo de que la gente esperara otra cosa, más vinculado a lo que hacías antes?
-Claro, estaba muy en línea con ese momento. Yo creo que a la gente le gustó el disco en general, ese sonido intimista. Quizás no genera le efervescencia, la euforia que te puede dar una banda, claramente. Yo creo que todos los músicos componemos, escribimos para hacernos felices a nosotros mismos en primera instancia y después al público en general. Ahí es obvio que no todo al mundo le va a parecer increíble por mas que mí si. Eso está relacionado con el egoísmo del solista, pensar un disco de esta manera. También coincidió que me mudé, armé mi estudio casero donde grabé el disco, lo que llevó a que todo sea muy personal. Esa energía llevó a que ese disco se toque también en lugares íntimos, chiquitos. Después salió un «subdisco» que se llama Disfraz de mí, que es un EP de versiones,que también iba en esa clave más reducida, experimental y personal.

-Se puede decir que en tu música hubo un pasaje más de lo orgánico a una experimentación más electrónica.
-Sí, pseudo electrónico o pseudo hippie-electrónico, porque también están las guitarras y otros instrumentos de madera que resisten. La verdad que la pasé muy bien y me saqué las ganas que tenía, agoté ese formato, lo que lleva a que en el próximo disco vaya para otros rumbos, con una energía más expansiva, «más rockera».

-Las nuevas tecnologías, sobretodo las relacionadas a lo musical, ¿como ves que influyen en la música o en tu música en particular?
-Creo que afecta en todo. Yo me siento medio en el medio comparándome con los chicos que están saliendo ahora, por ejemplo David Munné en el Festicultural Elepepé, y te hacen flashear, eso de animarse a tocar tan rápido, es otra cabeza. Yo cuando empecé a tocar internet era algo raro, ahora ya podes encontrar esos temas en internet y hasta producidos. Recomiendo mucho ver «Cisma» de Julián Lona, un documental que está muy bien hecho, donde aparece Gustavo Santaolalla diciendo que el pan no es gratis, alguien tiene que pagarlo, y tiene razón, es otra generación también. Por ejemplo yo sí puse a descargar gratis mi disco. Siempre fue jodido ser músico, tenías que estar loco; ahora tenes que estar loco para ser abogado. Creo que estamos entrando en un mundo mejor, donde muchos oficios se están deshilachando y transformando, un ejemplo claro es el home office. Yo crecí con el cassette y cd, que la gente te lo compre en las disquerías era fabuloso. Ni imagino los grandes éxtios de la época, o Fito Paez que vendió un millón de discos, eran otros tiempos realmente. El empezar una carrera solista también fue por eso, la posibilidad de hacer un disco en tu casa, las facilidades, por más que siempre un buen disco lleve un gran trabajo atrás.

-Entonces para vos las nuevas tecnologías facilitan el surgimiento de nuevas bandas, o la difusión al menos.
-Sí, claro que sí. Lo que pasa es que también hay mucha oferta, muchos músicos. Hoy es el auge de los cantautores por ejemplo. Es algo social, ¿no?, cómo los hechos culturales y sociales que pasan en el país afectan en el arte también. Después de Cromañón salieron muchos grupos acústicos, sin batería adaptándose a los nuevos centros culturales que más que boliches eran casas, por ejemplo. Antes había otra lógica, la del antro de rock como Cemento y era algo más complicado conseguir bandas. Hoy salen músicos por todos lado, y está bueno, hay más competencia.

-Justo nombraste a Cemento y vos con Sancamaleón tienen ese título extraño de ser «la última banda que tocó en Cemento»,  y en una entrevista dijiste que todo lo que pasó en Cromañón aniquiló todo lo alternativo, volvió todo más dificultoso.
-Sí, fue todo bastante extraño. Aniquiló muchas cosas, pero sobrevivieron los proyectos más versátiles o los más consagrados. En el caso de bandas como Sancamaleón, que veníamos de los 90’s, todo con lo que tocabas era grande, equipos, baterías, no como ahora que es todo más chiquito. Sí, fue complicado, pero por suerte tocamos bastante más. En general hubo como un silencio de todas las bandas después de Cromañón, un reacomodamiento. Nosotros lo vivimos muy de cerca tocando esa misma noche en Cemento, fue muy traumático. Después de que pasó lo que pasó al menos hubo una mejora, antes era todo muy precario a pesar de tener el romanticismo de lo under y esas cosas. También pasó con un público muy especial, donde tirar bengalas ahí adentro es raro.

 

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-Con el surgimiento de estas nuevas bandas y formatos de los que veníamos hablando, se puede ver tal vez una vuelta al show o al peso central del espectáculo arriba del escenario y no tanto en el público, ¿no?
-Está más pasivo el público. En un punto eso está bien, el efecto pogo es el efecto masa, que no está mal, fue una respuesta social a toda una época. Cada público tiene sus propias características en sí, pero creo que algo cambió. Ahora es la era de los festivales más grandes, como el Lollapalooza, donde vas de una banda a la otra, un efecto más de shopping que no está mal. Yo fui y la pasé super bien. Todo se está transformando todo el tiempo. Antes los recitales de rock eran más droga y oscuridad, ahora el peligro está en otros lugares no tan obvios como antes, no tan intrínsecos del mundo musical.

-Con todo lo que decis, sos optimista de toda esta nueva movida under.
-Está muy buena, sí, me gusta la gente haciendo música, tener el valor de hacerlo para uno y para los demás, es algo lindo. También el problema es que no hay trabajo para todos y eso va a ser un filtro con el tiempo quizás. Lo mismo con los fotógrafos o cineastas, que antes hacían un laburo analógico, químico y ahora cualquiera con un botón hace algo bastante aceptable. Ese es un cambio muy groso, muy facilitador. También te mantiene alerta. Si viene la era del hielo y no evolucionas a otra especie, la quedás, es así. Está bueno ir a ver nuevos artistas, ver que pasa, la energía de esos lugares.

-Por último, ¿cómo conviven en vos la tarea de ser productor y músico a la vez?
-Ser productor fueron las ganas de decidir cosas y el tener un trabajo más. El oficio musical se va llevando, también son muy importantes las relaciones humanas con los músicos, trabajar los humores, los ánimos. A la vez soy productor de mi propio proyecto, lo cual es complicado, pero un desafío de lograr que escuches lo que yo quiero que escuches, tomar decisiones propias siempre está bueno.

Próximo show: Sábado 20 de junio, 21hs (Puntual). CC Matienzo (Pringles 1249). Link al evento

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