“7 Cajas”: suspenso del bueno… y en guaraní

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“7 Cajas” es una película interesante por donde se la mire. Sólo para empezar, hay que decir que se trata de un film paraguayo, un cine que a todos nos resulta absolutamente desconocido, y que está hablada en guaraní (con subtítulos). No sólo eso: “7 Cajas”, estrenada en Paraguay en 2012, es una película bisagra en la industria audiovisual del país hermano: fue la más vista de la historia allí (la vieron 350.000 personas en 7 meses), y ahora llega a Buenos Aires buscando cautivar a los porteños tanto como cautivó a los locales.



Sin embargo, sería erróneo darle tanta importancia a la nacionalidad del film. “7 Cajas” es mucho, muchísimo más que una película de un cine que nos resulta ajeno. Sencillamente se puede decir que el film, dirigido por Juan Carlos Maneglia y la “Tana” Schembori, es un thriller apasionante. Víctor (Celso Franco), un joven y humilde “carretillero” del Mercado 4 de Asunción, quiere conseguir dinero para comprarse un celular con cámara, y así poder verse finalmente en una filmación como las que consume diariamente en la televisión. En medio de esta situación, a Víctor le ofrecen  llevar siete cajas hasta un lugar: desconoce qué contienen pero sabe que las debe cuidar con su vida. El dinero que le ofrecen (de una forma muy particular) convence al chico, que comienza así a realizar una tarea que será a cada momento más peligrosa. Siempre junto a él se encuentra su amiga Liz (Lali González), lo que le da a la historia ciertos toques románticos y cómicos, ya que la personalidad de la adolescente choca brillantemente con el protagonista. A medida que pasan las horas (la película transcurre en un día de la vida de los personajes), la trama con las cajas se enrosca más y más y en ella empiezan a mezclarse los líderes de una organización criminal, otros “carretilleros” del lugar, la policía, etc. Tal vez en algún momento la historia exagera de enroscada, pero es algo que se perdona, porque el final, excelente por donde se lo mire, no deja ningún cabo suelto.

Más allá del argumento, lo interesante de “7 Cajas” es que logra ser una película sobre muchas cosas y hablar en un idioma universal, probando que tiene mucho para decir. Y a pesar de haber muchos temas en el film, esto no atenta, sino que suma, a la trama. ¿Por qué? Porque “7 cajas” es una película sobre las pasiones, y cómo estas nos hacen hacer cosas que jamás haríamos; es una película sobre el dinero, y cómo éste mueve el mundo; es una película sobre la ilegalidad y la vida al filo de la ley, donde los límites son difusos y los malos sólo son aquellos que toman las peores decisiones ante las situaciones desesperantes.

Y finalmente, “7 Cajas” es una película sobre la pobreza. El film pinta una Asunción profunda, con olor a frituras y sonido de cumbia, en donde todos, tanto policías como civiles, forman parte del mismo mundo de penurias cotidianas, donde cada uno resuelve su vida lo mejor que puede. Es decir, en “7 Cajas” hay denuncia social, y está bien que la haya. Pero eso no se “come” la película, es sólo un parte, el trasfondo de una historia apasionante.

Para terminar, es necesario hacer referencia a la locación. El Mercado 4 de Asunción es el lugar del cual surgió la idea de la película y el escenario en el que se desarrolla. En Argentina, tiene cierta similitud con los mercados del Norte, pero es difícil de imaginarlo. Es un barrio, un gran barrio donde se vende de todo, y si bien predominan las frutas y las comidas al paso, también se venden televisores y celulares. Un negocio al lado del otro dibujan pasillos muy angostos, humos, toldos, colores, todo junto: ese es el contexto de la película, que le da a “7 Cajas” un trasfondo bien particular e interesante.

María Rossana Schembori, co-directora de la película: “Paraguay necesita ser visto en el mundo. Tiene historias que merecen ser contadas”

A María Rossana Schembori se la nota contenta. Luego del estreno de “7 cajas” para la prensa, la mujer respondió algunas preguntas, visiblemente feliz por el logro de que finalmente la película haga su despegue en Buenos Aires.

Sobre la enorme repercusión del film, la “Tana”, como todos la conocen, afirmó: “No esperábamos tener el éxito que tuvimos”. Sin embargo, con su tonada dulce la mujer explicó la que para ella es la razón principal: “El público se identificó. Se vio y se escuchó en la pantalla”, sostuvo. Y continuó: “Nuestra TV es muy extranjerizante, y con la película la gente iba a verse en la pantalla”.

Al hablar sobre la experiencia de filmar en el Mercado 4, la directora comentó que “en Paraguay, estaban todos a la defensiva, pensaban que la película se iba a burlar de los paraguayos. Pero después vieron que los respetábamos y vieron la película como si fuera de ellos”.

Sobre la idea original, dijo que nació en un programa de investigación llamado El Ojo, donde fueron a conocer a los trabajadores de la noche y les apasionó el tema desde el primer momento. Además, con sentido del humor, Schembori explicó: “Es una película de acción, pero como no tenemos autos lujosos usamos carretillas”. “Es muy llevadera, y tiene crítica social sin decir que es crítica social”, afirmó.

En relación con el cine paraguayo, la directora contó que la industria en Paraguay no tiene más 30 películas en toda la historia. “A partir del 2000 y pico, los directores empezaron a ser más zafados, pero el cine seguía siendo muy personal. 7 cajas entra en este momento, y como antes la gente se aburría con los films locales, nosotros quisimos hacer que se diviertan”, explicó Schembori. Además, dijo que aún no hay una ley de cine en su país ni un fondo que apoye a las películas nacionales, pero el tema ya se está empezando a hablar. De hecho, contó que “7 Cajas” hubiera competido en los Oscar si Paraguay tuviera su academia propia”.

Finalmente, la “Tana” destacó la importancia del impulso al cine paraguayo. “Paraguay necesita ser visto en el mundo. Tiene historias que merecen ser contadas”, cerró. Y nosotros después de ver esta película no podríamos estar más de acuerdo.

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